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Existe una especie de mito con respecto a las patatas (o papas), pero lo cierto es que este tubérculo es un alimento digno de ser incorporado, cada tanto, a nuestra alimentación, ya que es fuente de hidratos de carbono y otros nutrientes. La clave estará, como en todos los casos, en cómo se cocina, para aprovechar sus bondades al máximo.
Compartamos en este post la composición nutricional de las patatas:
*Hidratos de carbono: si bien casi el 80 por ciento de las patatas es agua, el siguiente compuesto que le sigue es el almidón, es decir, un hidrato de carbono. Aquí radica su valor calórico que, aunque muchas veces se crea la contrario, no es alto: unos 100 gramos de papa cruda aporta sólo 70 calorías.
Lo que sí puede sumarle calorías es su modo de preparación: si las patatas se hacen fritas, claro que se estará sumando gran cantidad de energía.
*Lípidos, son escasos y se encuentran más que nada debajo de su cáscara.
Pero cuidado!!...
El snack más famoso del mundo… ¿es saludable?
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Millones de personas las consumen en restaurantes, establecimientos de comida rápida y bares, pero quizá dejen de hacerlo después de saber que los alimentos precocinados y congelados tienen más probabilidades de contener altos niveles de sustancias químicas cancerígenas.
Las patatas fritas, ¿pueden ser cancerígenas?
Un estudio alemán recientemente dado a conocer, sugiere que las patatas fritas (tanto las de bolsa como las caseras) contienen una sustancia cancerígena, denominada glicidamida. Este estudio fue llevado a cabo por científicos de la Universidad Técnica de Munich, en Alemania.
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En este sentido, un grupo de investigadores suecos han encontrado que esta sustancia es capaz de causar cáncer. )
Sin embargo, este estudio encabezado por Michael Granvogl, parece haber corroborado que la glicidamida también se genera en la preparación de alimentos fritos a altas temperaturas.
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El grupo de investigación analizó diez tipos distintos de este alimento ya frito en bolsas, o sea “chips”, tres paquetes de patatas listas para freír de diversas marcas y patatas fritas elaboradas de forma casera: encontraron glicidamida en concentraciones entre los 0,3 y los 1,5 microgramos por kilogramo, mientras que las de acrilamida era de 300 a 600 microgramos por kilogramo.
Más allá de estas diferencias, los investigadores consideran aún más peligrosa la presencia –aunque menores- de la primera para la salud humana que las cantidades que pueda haber de la segunda.
De hecho, estudios previos, como uno realizado por la Universidad de Kariserslautern, ya habían alertado que hasta los niveles más bajos de glicidamida han provocado ciertas mutaciones a nivel celular en animales.
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Esto desbarata la fama que tienen los aceites poliinsaturados de ser más saludables por su alto contenido en Omega 3 y Omega 6 que los saturados, ya que resultaron ser más peligrosos porque el producto que fue freído con aceite de girasol finalmente contenía más niveles de esta sustancia cancerígena.
Diversos estudios han indicado que los aceites no saturados, al entrar en contacto con el oxígeno presente en el aire crean hidroperóxidos, los cuales provocan que la acrilamida de los productos, en este caso de las patatas, se transmute en glicidamida cuando son fritas.
De ahí que el jefe del equipo de investigación de dicha universidad, Michael Granvogl, afirmase que “los primeros resultados han indicado que los aceites con ácidos saturados son la mejor opción”, en estos casos.
Los científicos de la Universidad Técnica de Múnich adelantaron, por su parte, que en su línea de trabajo están desarrollando nuevos estándares de comercialización para la industria alimentaria, ya que la meta es reducir los niveles de glicidamida.
Los expertos recomiendan, al igual que en el caso de la acrilamida, cocinar con temperaturas más moderadas, siguiendo la consigna de “dorar y no quemar”, con tiempos de fritura cortos y no superiores a los 175 grados.
"Una bolsa normal de patatas fritas puede contener hasta 500 veces más de esta sustancia que el nivel permitido por la Organización Mundial de la Salud",
También debemos tener en cuenta que...
También debemos tener en cuenta que...
Un estudio señala que estos alimentos contienen endocannabinoides, sustancias que provocan un «deseo insaciable» de ingerir comidas grasas
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Que levante la mano quien haya abierto una bolsa de patatas y no haya podido parar hasta que no quedaba ninguna en el paquete. ¿Qué nos ocurre? La respuesta está en los endocannabinoides, sustancias producidas por el intestino, llamadas así porque tienen efectos similares a los cannabinoides que presenta la marihuana.
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Estos últimos activan otras células, que a través de sustancias químicas, provocan un «deseo insaciable» de comer patatas, según se indica en el experimento publicado en la revista «Proceeding of the National Academy of Sciences», pero también ocurre con otros alimentos ricos en grasas, sobre todo aquellos conocidos como «comida basura».
Los endocannobonides (en particular el anandamide) intefieren en la producción de hormonas que afectan a la sensación de hambre y de saciedad y es por esto que juegan un papel importante en la regulación de la asunción de comidas grasas.
«En términos evolutivos, el hombre comía grasas para sobrevivir, ya que son una gran fuente de energía, pero en la actualidad no es necesaria la ingesta abundante de estas para vivir», asegura Daniele Piomelli, director del Departamento de Drug Discovery del ITT.
El estudio ha demostrado además que el suministro de un antagonista de receptores de los endocannabinoides reduce la necesidad de comer grasa. La investigación asegura que a largo plazo las patatas fritas son el alimento que más engorda, seguidas de otros tipos de patatas, bebidas azucaradas y de la carne conservada y no conservada.
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La información contenida en este artículo tiene una función meramente informativa.
Fuentes originales: http://es.omg.yahoo.com, http://www.abc.es, http://www.vitadelia.com, La Vanguardia.-äma-
3 comentarios:
Buen post. Lo único que te recomendaría es que checkees la información de los cannabinoides. No digo que la papa no lo tenga. Sino que me refiero a su característico atributo en cuanto adicción se refiere, ya que está demostrado que la marihuana no posee ninguna sustancia que genere adicción, a diferencia del cigarrillo.
No creo que las papas fritas y el cannabis vayan de la mano en cuanto a tu enfoque.
Esto es solo una opiñión personal basada en diferentes fuentes y puntos de vista. Saludos
Si Federico, creo que tienes razón...
bueno asy es ( el veneno siempre sabe RICO )
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