6 jun 2019

Risas saludables 10



CARTA DE UNA MADRE A SU HIJO

Querido hijo:

Te escribo estas letras para que sepas que estoy viva. Te estoy escribiendo despacio porque sé que tú no sabes leer deprisa.


Si recibes esta carta es porque te llegó, y si no, me lo dices y te la mando otra vez.


El tiempo por aquí está mal, la semana pasada solo llovió dos veces: la primera vez estuvo lloviendo tres días y la segunda vez cuatro.


Ya te mandé la chaqueta. Pero te digo que tu tío Pepe dijo que si la mandábamos con botones pesaría mucho y el envío sería muy caro, así que se los quitamos y los metimos en el bolsillo de dentro.


Perdona la mala letra y las faltas de ortografía pero es que yo me canso al escribir y ahora le estoy dictando a tu padre y ya sabes lo burro que es.


El otro día leyó en el periódico que según las estadísticas la mayoría de los accidentes ocurren a un kilómetro de casa, así que nos hemos mudado más lejos.


No vas a reconocer la casa. Es muy bonita y hasta tengo lavadora, aunque no estoy segura de que funcione. Ayer metí la ropa, tiré de una cadena y no la he vuelto a ver.


Por fin pudimos enterrar a tu abuelo. Lo encontramos cuando lo de la mudanza: estaba metido en el armario desde aquel día que nos ganó jugando al escondite.


Te cuento que el otro día explotó el gas de la cocina. Salimos tu padre y yo disparados por el aire y caímos fuera de la casa. ¡Qué emoción!, era la primera vez que tu padre y yo salíamos juntos en 10 años.


Vino el médico, me puso un tubo de cristal en la boca y me dijo que no podía hablar durante una hora. Tu padre quería comprarle el tubo.


¿Recuerdas a tu amigo Antón? Ya no está en este mundo. Su padre murió hace dos meses y, como había pedido ser enterrado en el lago el pobre Antón murió ahogado cavando la fosa en el fondo del lago.


Bueno hijo, no te pongo la dirección porque no la sé. La gente que vivió aquí antes se llevó los números para no tener que cambiar de domicilio.


Si ves a doña Remedios salúdala de mi parte. Si no la ves no le digas nada.


Un abrazo, te quiere tu madre.


Postdata: Iba a mandarte 100 €uros pero ya he cerrado el sobre.



* * *



Refranes para niños:

-Más vale pájaro en mano que ciento volando

-El que no aprende es porque no quiere

-Madre es la que cría, no la que pare

-Probando es como se guisa

-Por la noche todos los gatos son pardos

-La suerte de la fea la bonita la desea

-El que tiene boca se equivoca

-Para muestra con un botón basta

-Si la montaña no viene a Mahoma, Mahoma va a la montaña

-Del dicho al hecho hay un trecho

-Preguntando se llega a Roma

-La pulga tras la oreja, con el diablo se aconseja.

-Bicho malo nunca muere

-Piensa el ladrón que todos son de su condición

-El que se pica ajos come

-Más vale prevenir que curar

-Sarna con gusto no pica

-Cuando el río suena agua lleva

-Primero es la obligación que la devoción

-Nadie aprende por cabeza ajena

-Haz bien y no mires a quién

-Las cosas caen por su propio peso

-Jugar y nunca perder no puede ser

-Agua que no has de beber, déjala correr

-Consejo de padre, guárdelo bien el hijo con llave

-El tiempo y la paciencia son los padres de la ciencia

-Hay que dar para recibir

-El mismo perro con otro collar

-De tal palo tal astilla

-La cruz en los pechos, y el diablo en los hechos

-Muchos pocos hacen un mucho

-Antes de hacer nada consúltalo con la almohada

-Según es el pájaro así es el nido

-A grandes males grandes remedios

-Libro cerrado no saca letrado

-El que quiera peces que se moje el culo

-El perro del hortelano, ni come las berzas, ni se las deja comer al amo

-No hay que ser caballo para saber de carreras

-Lo que no has de comer, déjalo cocer

-Quien mal anda mal acaba

-Al mal tiempo buena cara

-El que da primero da dos veces

-De buena casa, buena brasa

-A palabras necias oídos sordos

-La fe mueve montañas

-Quien más mira menos ve

-El saber no ocupa lugar

-Quien canta, su mal espanta

-Ojos que no ven corazón que no siente

-El mono sabe el palo al que trepa

-Ocasión perdida no vuelve más en la vida

-Quien bien te quiere te hará llorar

-Gallo que no canta, algo tiene en la garganta

-Donde manda capitán no manda marinero

-Vísteme despacio que tengo prisa

-Con amigos así no hacen falta enemigos

-Más vale maña que fuerza

-Quien tiene un amigo tiene un tesoro

-Siempre habla quien menos puede

-Perro ladrador, poco mordedor

-No por mucho madrugar amanece mas temprano

-Camino malo se anda ligero

-Al pan pan y al vino vino

-A caballo regalao no se le mira el dentado

-Quien más tiene, más quiere

-Quien nace lechón, se muere cochino

-Cría cuervos y te sacarán los ojos

-Se quedó sin la soga y sin la cabra

-A la tierra que fueres haz lo que vieres

-Se acuerdan de Santa Bárbara cuando truena

-Nunca digas de esta agua no beberé

-A cada cerdo le lega su San Martín

-Tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe

-Limpia tu moco y no harás poco

-Hombre precavido vale por dos

-Quien siembra vientos, recoge tempestades

-Todo lo que sube tiene que bajar

-El ojo del amo engorda al caballo

-En la boca del embustero lo cierto se hace dudoso

-Hombre prevenido vale por dos

-Árbol que crece doblado jamás su tronco endereza

-Burro grande ande o no ande

-No ensucies el agua para después tomártela

-El perro del hortelano ni come ni deja comer

-El que calla otorga

-El que tiene padrino se bautiza

-Burro grande ande o no ande

-Dios los cría y ellos se juntan

-La ropa sucia se lava en casa

-La mula en el suelo y el caballo en el cielo

-El cerdo siempre busca el fango

-La práctica vale mas que la gramática

-Buena capa todo lo tapa

-Caballo malo se vende lejos

-El hombre y el oso cuanto más feo más hermoso

-Del árbol caído todos hacen leña

-El hombre propone y Dios dispone

-A veces sale más caro el collar que el perro

-Por el hilo se saca el ovillo

-De la mar, el mero y de la tierra, el carnero

-Cada maestrillo tiene su librillo

-Obra empezada, medio acabada

-El pez grande se come al chico

-Donde pone el ojo, pone la bala

-Nunca llueve a gusto de todos

-Muerto el perro se acabo la rabia

-Un clavo saca a otro clavo

-A Dios rogando y con el mazo dando

-El que hizo la ley hizo la trampa

-Toda carrera tiene su fin

-Tan linda la jaula y tan feo el pichón

-Humo y mala cara sacan a la gente de casa

-Cada cual sabe de la pata que cojea

-Dios aprieta pero no ahoga

-A otro perro con ese hueso

-Más sabe el diablo por viejo, que por diablo

-Nunca es tarde si la dicha es buena

-Otro gallo le cantara, si buen camino tomara.

-Ande yo caliente ríase la gente


Mis frases preferibles:


"Recuerda siempre que eres único… Exactamente igual que todos los demás"

 ángelPläcentin☼

5 jun 2019

Dice mi madre

En recuerdo de su madre, un amigo escribió este relato que me hizo recordar otros tiempos bastante más duros que los que ahora vivimos. 


Dice mi Madre


Era mi madre –la andaluza-, por entonces, una señora que no tenía tiempo para envejecer, poblaba su no muy espesa cabellera, además de un gran ingenio para mantenernos alimentados y vestidos, pelo corto moreno fino, su suave piel sin vello -para envidia de las demás- olía a puchero, a natillas y a arroz con leche. Siempre arremangada, colgaba sobre su cuello, y anudado a la espalda, un mandil a cuadros azul o verde, haciendo juego con las cortinillas del aparador, con bolsillos donde escondía la llave de la despensa.
Recuerdo que, en aquella época, sus mejillas me eran inaccesibles, no resultaba fácil darla un beso porque siempre estaba ocupada, de pie, no se sentaba porque no tenía tiempo sino para comer, o coger al más pequeño entre sus poderosos brazos, –para envidia propia- desabrocharse la blusa, y amamantarle; primero un pecho, después el otro.
Cuando despertábamos, hacía tiempo que ella estaba en la cocina frente a grandes perolas de porcelana, hirviendo leche, azuzando el fuego al cocido, las lentejas o los habichuelos, que eran el pan nuestro de casi todos los días, a veces, patatas con huesos, y otras, las menos, un plato de filetes con huevos fritos, sin ajetes o cebolleta, ni tampoco pasados por agua; ésos solo los come uno cuando es padre. Según reza el refrán y según dice mi madre “Cuando seas padre comerás huevos”.
-Mi mama –sin acento en la a- me mandaba a los recaos para lo cual estaba, y estoy, dispuesto.-Dice mi madre que se lo apunte. -Le decía yo al tío Francisco el del comercio de la esquina, tirando parriba por la calle del Consuelo, o al de los ultramarinos, o al tío Carrasco, o al tío Marica –el del café cubano-.
-Dice mi madre que esta tarde no puedo venir a la escuela porque tengo que ayudar en casa. –Le decía a doña Tili la de religión, o a doña Inmaculada la de música y plástica, o a don Alonso, o a doña Consuelo- Yo sólo podía asistir a clases consideradas importantes: lengua, matemáticas, historia, ciencias y, a veces a francés, no siempre.
“Dice mi madre” se convirtió en mi genio de la lámpara maravillosa, en la todopoderosa frase con la que conseguir aquellas cosas que creía necesitar; iba donde lo vendían y: -dice mi madre que se lo apunte-. En excusa para hacer novillos –dice mi madre que no puedo venir mañana, o esta tarde-. En mi escudo protector –dice mi madre que te vas a enterar cuando te pille-.
A ella acudíamos para que nos quitase las lombrices, esa era otra de las pocas ocasiones en las que, sobre una pequeña y desvencijada silla de enea, se sentaba; nos bajábamos los pantalones, o la Carmini se subía la falda, y nos dejábamos caer sobre sus poderosas piernas, boca abajo, con el culo en pompa, ella cuidadosa, con un imperdible o una horquilla nos aliviaba aquel escozor insoportable.
En otras ocasiones acudíamos a mama – sin el artículo la- para que nos aliviase los sabañones con algún ungüento refrescante, para tomarnos el calcio 20, que según decían era bueno para fortalecer los huesos, o para ver cuál de nosotros reunía el valor suficiente para sustraerle temporalmente la llave de la bodega donde guardaba los dulces y, constantemente, unos tras otro para preguntarle ¿qué había de comer?
–Arroz y gallo muerto, o, -Si tienes hambre cómete la lengua, la tienes en la boca.
Hoy día, mi madre –la Enriqueta- dice que no tiene tiempo, quizá debido a que no encuentra alivio para los dolores de huesos consecuencia de las enfermedades que le han tocado en suerte; entre otras, la autoimpuesta soledad, de quién no quiere ser una carga para los demás, y, de quién es conocedora de su genio.
Ojalá pudiese, con una horquilla o un imperdible, aliviarla ese insoportable “rescozor” -Una madre es para nueve hijos, pero nueve hijos no son para una madre –dice mi madre-.

                  Podría ser mi madre...


* * * 


Mis imágenes preferidas: 

Abuelita cocinando / Foto: IStock


Mis frases preferibles: 

"El corazón de una madre es un abismo profundo en cuyo fondo siempre encontrarás el perdón."
                                                                                                          - Honoré de Balzac.


ángelPläcentin☼

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