No puedo, ni quiero, ni tengo ganas de enfadarme conmigo, ya se me pasará, me ha ocurrido otras veces y ya me conozco.
A veces la vida nos da una tregua, no sin antes habernos advertido de que debemos frenar un poco para reencontrarnos con nosotros mismos. Ni siquiera recién levantados, cuando nos estamos mirando al espejo, tenemos la certeza de estar viéndonos. No estamos seguros de ver al que está aquí, a este lado, donde supuestamente debe prevalecer lo humano. No es justo, dirían algunos al ver la tormenta que no cesa, pero no es culpa nuestra no poder entenderlo. No está escrito ni es maldición de nadie, son simples leyes naturales que hacen posible la formación de las nubes, pero hay que ponerse a cubierto, o acabaremos empapados, o lo que es peor, enfermos.
Tampoco debemos pensar que esté hecho al revés este mundo, donde prevalecen los valores equivocados. No es así, supongo que no. Ya me di cuenta hace tiempo, por eso he tenido el valor de mirarme de frente, y he comprendido el verdadero valor de las cosas. No me he desilusionado, aunque al principio me pareció algo triste, al comprobar que es cero, si, he dicho bien, el verdadero valor de las cosas es cero, no tienen valor. Lo que de verdad importa no lleva el nombre de cosa, ni siquiera se que nombre tiene. Esta mañana aún era demasiado temprano cuando he sentido desde mi ventana el alegre discurso, o quizás bienvenida a la luz que le daba un mirlo recitando alegremente. Mientras tomaba el desayuno, mirándome, estaba ya en pié mi pequeño Bari, reclamando mi atención con la esperanza de que un día más le pase la mano por el lomo. Supongo que los conejillos de India también tienen sentimientos, bueno, no lo supongo, lo se.
Dicen que en la vida, antes de abandonarla, hay que cumplir las tres reglas principales, pero hay que hacerlo bien, nada de prisas, por eso yo me lo he tomado con calma. Mi árbol ya lo planté, creo que era un pino, fue en Cheste, cuando estudiaba lejos de casa, aunque tengo que reconocer que no lo hice solo, por mi corta edad necesité la ayuda de un adulto para hacer el hoyo, como creo que se bebe de hacer siempre que uno tenga problemas para hacer las cosas solo. Ya debe estar muy mayor, el árbol digo, y supongo que estará llevando a cabo la misión de darle continuación a las leyes que nos rigen. Mi apreciada hija cumple con creces el segundo mandato, es el tercero el que estáis viendo, o ¿acaso pensabais que tenía que venderlo?, ¡perdería valor!
Raro soy, eso ya lo sabía, pero tengo mi particular manera de imprimir la vida sin que ella apenas se de cuenta. A jugar al escondite me ha enseñado ella, aunque siempre termina encontrándome, pero yo también a ella. La escuela es inmensa, al igual que nos enseña extensas llanuras de hermosas melodías, también nos pinta en medio lagunas de inquietudes y desventuras.
Solo en el peor de los momentos, uno piensa que no tiene valor la existencia, pero es solo un punto de vista equivocado, otro más de los muchos que hay que ir dejando atrás. Hay espacios de tiempo no aptos para el sosiego mental, y no es aconsejable sacar conclusiones en momentos así. El alma también se avería como todo, por eso de vez en cuando hay que respirar profundamente para poco a poco ir rehabilitándola. Todos nos encojemos cuando descubrimos que el mundo nos está mirando de frente sin parpadear, para ponernos a prueba, pienso yo. ¡NO PASA NADA!, es parte del trato, sin esos momentos oscuros no sabríamos apreciar la verdadera armonía de la vida.
Siempre es aconsejable tener precaución, no vaya a ser que uno se derrumbe antes de empezar, pero hay que hacerlo, hay que escribir las primeras letras, las demás fluyen solas, enlazadas quizás por las otras. Uno no ve el final del camino cuando apenas se ha puesto en pié para andar, pero no por ello debemos dejar de hacerlo, pues solo hay una manera de llegar a la meta, levantarse y seguir cuando uno ha tropezado. Si te caes, solo tienes que reponer fuerzas y comenzar de nuevo, es posible que al volver, sigamos con mayor impulso, yo lo he comprobado. Todos sabemos que el propósito es avanzar, y solamente eso, sin preocuparnos demasiado que contiene el final, pues aún no está escrito, solo si pensamos así comenzaremos a disfrutar de todo cuanto acontece durante el trayecto.
La encuadernación les corresponde a otros, pero solo a nosotros nos pertenece la misión de rellenar las páginas del libro de nuestra vida, da igual escribirlo o no en papel. No me parecería extraño si alguna conciencia pirata pretendiese adueñarse ilegalmente de él, solo se llevaría fotocopias sin valor de alguna página suelta. La pluma la sigo teniendo yo, y mientras tenga tinta y papel donde escribir, lo demás no me preocupa.
No soy buen pintor, pero tengo mi estilo propio donde expreso mis momentos sin plagiar a nadie. Ya desde muy joven, me gustaba estampar mis ideas sobre una hoja, antes de diseñar lo que estaba pensando. Cogía mi lápiz de dibujo, y sobre un folio en blanco, empezaba a soltar trazos, sin saber exactamente lo que de allí finalmente saldría, solamente lo hacía, porque es lo que se debe de hacer, comenzar para que el resto sea más fácil. Mis modestos grabados hacían que fueran tomando forma mis pensamientos, ideas, situaciones o cualquier otra cosa que se cruzara en mi mente y pudiese pintar. Poco a poco mi lápiz iba dando fe de todo lo que en mi se hallaba, tanto es así, que ahora que conservo todas mis creaciones juntas, cada vez que las miro, noto que me voy transportando en el tiempo a todos aquellos lugares y situaciones que pasaron por mi, dejando huellas que aún perduran, y que gracias a estos, mantengo en mi presente.
Me he permitido adornar esta página con algunas fotos personales, pero además, al final de ella he colocado otras que albergaba un gran amigo imaginário, en su rincón social, así estoy más en deuda con él. Él precisamente fue quien hace unos días me comentó que ayudaba mediante sus clases a la recuperación de unas chicas estupendas operadas de cáncer de pecho. Yo, como se que no hay alambradas por medio, le he pedido que les haga llegar esto con todo el cariño del mundo.
¡No tengáis miedo, os lo digo a todos y a todas!
Os quedaríais asombrados sí supierais lo que podéis hacer.
Se que mantener la ilusión en ciertos momentos, debe parecer poco menos que un sueño lejano, pero tengo la completa seguridad de que este no puede comenzar si tu no se lo permites.
¡Escuchate!
…Ya ha salido el sol, y los cerezos están a punto de florecer!
4 comentarios:
Hola äma, bonitas palabras, pero al final me he hecho un lio. Qué es eso de escribir en el hijo (tatuas?), tener un árbol o conejillo, y plantar un libro en las Indias.
Esperemos que amaine pronto esta tormenta mundial, y podamos ir juntos a ver nuestros arbolitos, en compañia de nuestros retoños (y sus mamas), y ya de paso te traes a tu "fabrica de conguitos ambulante" Bari.
Un salu2, y que nopasenada, de tu amigo Manuel.
Y como dices, las cosas bién y sin prisas:
La "perfección" no se hace en un día...Yo tardé 9 meses en nacer, por ejemplo :)
De eso se trata querido Manuel (y no me gustan los hombres, pero si los amigos), de tallar en tus hijos tu verdadero legado y sin ruido de fondo, para que los que les conozcan, sepan que no hemos pasado nuestra vida en balde, o acaso eso no es escribir?? Paciencia amigo, a veces el libro se mueve, pero aún así has de escribir en el tu mensaje, y es posible que algún día hayas plantado un hijo para un mundo mejor. No es inútil, si piensas que es un granito de arena en el árido desierto, al menos para ella. Espero que un día pueda firmar esta página recordando a su amigo, de momento aún me tiene aquí. Gracias por tu comentario, ya veo que no estaba escribiendo solo para mi. Los post de tu blog, son como huevos de oro, pones tantos que aún me quedan muchos por cascar, a ver si me libero un poco y los abro todos para hacerme una tortilla de risas. A ver si te gusta esta bonita frase, es la mejor que se haya escrito jamás, y es mía, pero os la regalo a todos: "ama" -ângel-
Perdón x las faltas, soy un poco nervioso, y aún no domino bien las prisas. -äma-
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