Respirar es algo que hacemos de forma automática desde el primer día en que llegamos al mundo. Aunque no estamos constantemente pensando en que inspiramos y exhalamos constantemente, cuando nos tomamos un momento para hacer consciente nuestra respiración, recordamos y dimensionamos lo vital que es para todos los órganos de nuestro cuerpo, ¡y también para nuestra mente y pensamientos! Por ello debemos aprender a hacerlo correctamente.
RESPIRACIÓN DIAFRAGMÁTICA O ABDOMINAL
Se basa en el movimiento del diafragma (ese gran músculo que separa la cavidad toráccica del vientre), que al bajar hacia el vientre succiona aire a los pulmones y al subir hacia éstos expulsa el aire. Recibe también el nombre de respiración abdominal pues el diafragma al bajar empuja los órganos del abdomen dando la impresión de que éste te hincha. Observa el siguiente dibujo:
Beneficios de ésta respiración:
- Lleva gran cantidad de aire a los pulmones
- Promueve la oxigenación de la sangre
- Es muy relajante ayudando a controlar el estrés
- Actúa sobre el plexo solar liberando la ansiedad (y ese “nudo en el estómago”)
- Estimula el movimiento del corazón y mejora la circulación
- Con el movimiento constante del diafragma los órganos abdominales reciben un buen masaje
- Descongestiona el hígado
- Ayuda al tránsito intestinal
- Estimula el Sistema Inmunológico.
Cómo se practica:
- Para aprender es útil acostarse boca arriba cómodamente, y más adelante practicar la respiración abdominal sentados, de pie, caminando… según practiques la podrás incorporar a tu vida cotidiana. Procura, para empezar, estar realmente cómodo, así que túmbate colocando un cojín bajo tu cabeza y tus rodillas. Posa tus manos en el abdomen.
- Antes de empezar expulsa a fondo el aire de tus pulmones varias veces, si quieres haciendo algunos suspiros, con el fin de vaciarlos bien de aire residual, lo cual automáticamente provocará la necesidad de inspirar más profundamente.
- Una vez provocado este impulso de respiración profunda, inspira llevando el aire “hacia tu abdomen” como si quisieras empujar hacia arriba las manos posadas en él. Mientras más extiendas el diafragma y más profundo respires, más se “hinchará” tu vientre.
- Retén unos instantes el aire en tus pulmones
- Cuando sientas la necesidad de expulsar el aire, hazlo relajando tu vientre (este se “desinflará” y las manos bajarán con él). Y al final de la exhalación empuja voluntariamente el diafragma hacia los pulmones para expulsar todo el aire.
- Quédate un instante con los pulmones vacíos, sintiendo cómo te vas relajando, y en cuanto sientas nuevamente el impulso de inspirar, hazlo profunda y lentamente volviendo a llenar tus pulmones mientras tu abdomen sube.
Practica esta respiración durante el tiempo que te plazca. Puedes usarla para relajarte antes de dormir o para comenzar el día oxigenándote plenamente.
Errores comunes:
Hacer la respiración al revés: inhalar contrayendo el vientre y exhalar relajándolo.
* * *
Cuentos para pensar:
La verdadera justicia
Había una vez un califa en la ciudad de Bagdad, cuyo único objetivo en esta vida, era ser un rey honrado. Para conocer si estaba logrando alcanzar su objetivo, les preguntó a todos los que se encontraban bajo sus órdenes, si era justo con ellos. Todos le contestaron afirmativamente, algo que le preocupó enormemente, ya que pensó que no le decían la verdad.
Para asegurarse de que sus súbditos no lo estaban engañando, inició un largo viaje por las ciudades de alrededor, en las que con un disfraz, preguntaba a la gente su opinión sobre el califa de Bagdad. Al igual que sucedió en su ciudad, nadie dijo nada malo de él.
Quiso el destino que al califa de Ranchipur, le asaltaran las mismas dudas que a su colega, comenzando también un viaje lejos de su amado reino para recabar otras opiniones
Un buen día, cuando ambos califas se encontraban de regreso a sus reinos, se encontraron en un angosto sendero, por el que solo podía pasar un carruaje a la vez. Nadie parecía estar dispuesto a ceder su lugar y aunque intentaron buscar algo que pudiera aclarar esta situación, fue imposible encontrarlo, hasta que el visir del califa de Bagdad a su colega:
-¿Cómo reparte justicia tu señor?
-Con los buenos es benévolo, honrado con los que son iguales a él y severo con los que cometen malos actos
-El mío es amable con los duros de corazón, generoso con los malos, magnánimo con los injustos y afable con los honrados.
Al escuchar estas palabras, el califa de Rachipur, apartó su carruaje y esperó a que se marchara el más justo de los hombres.
Mis frases preferibles:
-Martin Luther King Jr.-
ángelPläcentin☼
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