La historia de las Tres Marías no deja en muy buen lugar al Imperio de Râ o del Sol, constructor de pirámides.
Este relato puede enmarcarse dentro del género mitológico o legendario aunque en su fondo se vislumbra una ciencia, una geografía y una historia de supuesto gran valor. La memoria de las Tres Marías, según algunos estudiosos afirman, fue retirada de la circulación porque a nadie o a muy pocos convenía: ni a religiosos dogmáticos, ni a paganos, ni a ateos, y mucho menos a las clases dirigentes.
Según parece, esta historia, que no es pequeña ni escueta -tal como aquí se muestra resumida-, es la base de un libro muy antiguo llamado precisamente “el libro”, del cual algunos exiguos fragmentos habrían ido a parar al Corán y algunas pocas líneas sueltas y descontextualizadas a la Biblia.
Según algunos especialistas en lenguas antiguas el manuscrito original pudiera existir todavía, oculto en algún lugar bien protegido, y unas pocas copias de él completas, apuntan, pudieran hallarse en Rusia, Siria, Arabia, India e Italia; además de algunos fragmentos más o menos extensos en Francia y en otros países europeos.
Un resumen cuasi telegráfico de la historia de “Las Tres Marías” podría ser el siguiente:
… Antes del “diluvio universal”, en torno al año 10.000 antes de nuestra era, el gran océano Atlántico era poco más que un charco, y las costas de África y de América estaban muy cerca la una de otra.
Desde hacía un puñado de miles de años (que llegaron) el globo era gobernado por el Imperio de Râ o del Sol desde su capital en el extremo sur del continente americano, la Antártida y Patagonia. Eran todos varones (60 ó 70 individuos). Tenían los ojos rasgados y su "prole" también, mayoritariamente de estatura media baja, de carácter dócil y muy buenos trabajadores. La gente de Râ o el Sol (no el nuestro) también habían experimentado con tipos de australopithecus y con varias especies de animales, incluido el reptil (por esta razón se identificaban con los símbolos del dragón y la serpiente - más tarde con el león y el toro -).
Estaban dirigidos por el “pequeño sol” o sacerdote emperador (que tenía cierto poder) y principalmente por los kures o Kuria. Estos últimos, al principio, eran una casta de sepultureros y enterradores que más tarde se convirtió en la institución gobernadora gracias al oro con que las familias ricas y pudientes enterraban a los fallecidos.
Antes de la llegada de la gente de Râ, el globo era habitado exclusivamente por gentes de piel oscura o negra.
Poco antes del diluvio tres Damas de piel blanca, pelo rubio y pelirrojo, de ojos azules, ya sabiendo “leer y escribir”, ponen pie en tierra en el actual México (cerca de un lago) y son bien acogidas por los aborígenes, que después se convertirían en Toltecas. Las Damas se llamaban María, Marta y Margot.
Las Damas lo consiguen y María logra concebir un Bebé varón semejante a ellas (llamado Iezus). Se crea la primera tribu de piel blanca (lunar y solar). Sufren ataques de las gentes de Râ y escapan: los mariachis de María se marchan y fundan Toledo, Talavera y otras aldeas; los de Marta, Zaragoza y Barcelona; los de Margot, Játiva; en la península (a partir de entonces Ibérica o Zeltiber).
Marta -y su prole-, toma rumbo a las costas de Irlanda y Bretaña penetrando en el continente a través de Bélgica fundando Berlín, Ámsterdam y Varsovia, entre otras muchas, hasta Moscú, en dónde reside hasta su muerte.
María y Margot (y Iezus) bajan y fundan una gran ciudad en un afluente del Amazonas, llamada El Dorado. Después cruzan el charco y penetran en África fundando pueblos y aldeas en Mauritania (bereberes…), Mali, Nigeria, Chad, Sudan, Mar Rojo y Siria. Margot llega a Irán y a la India; allí se cruza con un príncipe del Imperio de Râ y nace un Buda (solar) o el Tao.
Después del diluvio universal, el Atlántico (afectado drásticamente) había cambiado totalmente y era impracticable para llegar a la ciudad principal del Imperio del Sol en la Antártida/Patagonia. Entonces la capital del Imperio del Sol o de Râ (Atlántida) se trasladó a Cádiz (España)…
De tener veracidad científica esta historia e independientemente de la intención, el centroeuropeo del siglo XX (Alemania, Italia, Suiza…) podría haber confundido una sola rama o rama secundaria, con todo el árbol genealógico de la gente de piel blanca, además de haber causado un tremendo y horrible perjuicio a su futura investigación, convirtiéndola en un tabú científico.
* * *
Mis cuentos educativos:
las tres rejas
El joven discípulo de un filósofo sabio llegó a casa de este y le dijo:
—Maestro, un amigo suyo estuvo hablando mal de usted.
—¡Espera! —lo interrumpió el filósofo—.
¿Ya hiciste pasar por las tres rejas lo que vas a contarme?
—¿Las tres rejas? —Sí. La primera es la reja de la verdad. ¿Estás seguro de que lo que quieres decirme es absolutamente cierto?
—No; lo oí comentar a unos vecinos.
—Entonces al menos lo habrás hecho pasar por la segunda reja, que es la bondad. Esto que deseas decirme, ¿es bueno para alguien?
—No, en realidad no. Al contrario...
— ¡Vaya! La última reja es la necesidad. ¿Es necesario hacerme saber eso que tanto te inquieta?
—A decir verdad, no.
—Entonces —dijo el sabio sonriendo—, si no es verdadero, ni bueno, ni necesario, sepultémoslo en el olvido.
Mis frases preferibles:
"Mi alma a Dios, mi vida al rey, mi corazón a la dama"
-Proverbio inglés-
äma®
las tres rejas
El joven discípulo de un filósofo sabio llegó a casa de este y le dijo:
—Maestro, un amigo suyo estuvo hablando mal de usted.
—¡Espera! —lo interrumpió el filósofo—.
¿Ya hiciste pasar por las tres rejas lo que vas a contarme?
—¿Las tres rejas? —Sí. La primera es la reja de la verdad. ¿Estás seguro de que lo que quieres decirme es absolutamente cierto?
—No; lo oí comentar a unos vecinos.
—Entonces al menos lo habrás hecho pasar por la segunda reja, que es la bondad. Esto que deseas decirme, ¿es bueno para alguien?
—No, en realidad no. Al contrario...
— ¡Vaya! La última reja es la necesidad. ¿Es necesario hacerme saber eso que tanto te inquieta?
—A decir verdad, no.
—Entonces —dijo el sabio sonriendo—, si no es verdadero, ni bueno, ni necesario, sepultémoslo en el olvido.
Mis frases preferibles:
"Mi alma a Dios, mi vida al rey, mi corazón a la dama"
-Proverbio inglés-
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