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La ley que rige en nuestras vidas comienza de igual modo para todos, no hay nada que pueda alterarla, ni siquiera el poder del dinero que algunos piensan. Al comienzo llegamos desnudos, sin saber nada, y es precisamente ahí donde empieza nuestro turno. Hay que aprender, solamente eso, no se nos puede culpar de nuestros errores, no entendemos nada, hemos llegado vacíos.
Comienza nuestra historia, que sin duda la hemos de escribir
nosotros. En ocasiones será gratificante, pero también tortuosa, de nosotros
depende quedar en el suelo más tiempo del debido. Nadie dijo que fuera fácil
vivir, es como el amor: "Si amar fuera fácil, valdría muy poco", no
es más que una frase famosa de no se bien que autor, pero con mucho sentido, el
mismo que le damos a nuestro estado de salud cuando esta se tambalea, o ¿acaso
no se valora más cuando se ha perdido? Es lo mismo, las cosas que más cuestan,
son al fin las más valoradas, hablemos de lo que hablemos. De lo fácil no se
suele tomar nota, se da por hecho, pero sí de las desventuras que nos hicieron
dudar de nosotros, y que finalmente superamos con éxito.
Lo esencial se aprende andando, escuchando y anotando los
fracasos. Debemos de ser benevolentes con nosotros y con nuestras propias
limitaciones que, por otra parte, y aunque no lo creamos, los
demás también tienen, unos de una manera, y otros de otra. Nadie es
perfecto, y nadie nace aprendido.
Hay
que estar atentos, disfrutar de las alegrías y afrontar con fuerza las penas.
Algunos son más fuertes, pero en
el fondo, todos iguales, así lo dice la ley. A todos, se nos dieron las mismas
cartas, solamente dos, una buena, y una mala, solo hay que jugar bien la mala,
y habremos ganado la partida. No se debe apostar en falso, tarde o temprano
perderás el turno, y deberás empezar de nuevo. Tampoco es aconsejable hacer
trampas, al final caerías en ellas y podrías perderlo todo. Lo sano es
jugar, no es más que eso, jugar a vivir. Puede sonarnos paradójico en
momentos bajos, pero es ahí cuando cobra más sentido. Has de pensar siempre que
es una partida difícil de perder si tu no quieres, y has de
comprender tu poder interno para superarte incluso a ti.
Cuando entramos en dificultades, pero actuamos nosotros,
conseguimos por fin salir a flote. Es algo difícil de explicar, y
mucho más difícil de entender, pero lo llevamos dentro, y es lo único
que necesitamos saber.
Todos sabemos que al ver triste a un amigo, nos desanima también
a nosotros, por el contrario si lo vemos sonreír, nos hará feliz y se lo
devolveremos.
A mi padre nunca le ilusionó el
futbol, pensaba que no se obtenía nada con la victoria ajena. No juegas tú,
¿qué ganas con ello?, -decía-. Al parecer, no hay valor material para uno en
ese triunfo, pero es otro el valor, es energía que se crea en ti, muy necesaria
para tu ser. Es como un impulso que nos llega, nos despierta, nos anima, y nos
empuja hacia delante, como si de ello solo dependiera el poder contar los días.
Es posible que así sea, que a veces nada comprendamos, y simplemente sea eso,
generar una ilusión, nacida de una chispa de ánimo, para que todo lo demás
funcione.
Una sonrisa puede hacer milagros, todos hemos visto alguna vez a
un amigo enfermo, pero alegre; le irá de vuelta su alegría, y será mayor esta
si es compartida. Ni el mismo fuego sabe por qué la inofensiva primera
llama adquiere fuerza, pero es preciso iniciarla, es así como empieza, y ya no
para. Es a eso a lo que llamamos energía positiva, que nuestro cuerpo recibe de
sensaciones gratas, y transforma en bienestar, para luego encender
nuestro ánimo y crear de nuevo el orden.
Pensar en positivo, no solo ayuda, es fundamental, es el
principio de una reacción química que se produce en el cerebro, y este ordena
al resto del cuerpo. Nadie sabe exactamente como, pero esto existe, es como el
amor, o mejor dicho, como el que se enamora. Nuestra mente es compleja, y jamás
llegaríamos a comprenderla, es imposible para nosotros, pero no es labor
nuestra. En verdad nos gobierna, somos parte de su juego, pero hemos de estar
de su lado para estar en armonía. Una chispa de preocupación puede, poco a poco
estropear nuestro día, y conseguir al final efectos insanos para nosotros. De
la misma manera, una gota de alegría, puede encender un instante, inundar
nuestro cuerpo de luz, y apagar nuestras tinieblas.
Todos lo sabemos, siempre hay alguien cercano que así
lo demuestra, y que sale sorprendentemente de problemas graves, lo que ocurre
es que la mayoría de las veces no lo creemos, o pensamos que no estaba tan mal.
Surge de la nada, o más bien de algo pequeño en nuestro dentro.
Es como si alguna de nuestras minúsculas células todavía creyese en nosotros.
No sirve darle vueltas, y no lo podemos razonar, solo sabemos que está, y lo
que importa es su efecto.
Lo mismo ocurre aquí, tu
cuerpo recibe impulsos equivocados, que si tu no los corriges a tiempo,
consiguen averiar tu ser. De vez en cuando la vida, nos pone piedras,
algunas enormes, pero al fin se rompen. Algunas veces la ayuda es buena, otras,
imprescindible, por eso es siempre aconsejable tener cerca a alguien que nos
apoye.
Fue ella
quien me enseñó,
mi madre
que me dio la vida
y también
su aliento.
"Ya
no está, pero aún la siento".
Todos corremos riesgos, es natural, estamos vivos, pero no por ello debemos abandonar.
Va dedicada esta página de mi blog, a las chicas estupendas. Ellas
lo saben y así lo sienten, pero a veces a todos nos cuesta un poco mostrarle al
mundo lo mucho que nos queremos. Ha de ser así para que todos nos aprecien, nos
valoren, y nos ayuden a seguir. La fe mueve montañas, -dicen-, yo añado, la fe
en nosotros. ¿Acaso nos importa una piedra en nuestro camino?
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